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Gestión de Riesgo Empresarial: clave para la resiliencia de las organizaciones

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Publicado por Jesús Luna

junio, 2020

Puntos Destacados:


  • Debido a la restricción de la movilidad en el sector público y privado por la pandemia de COVID-19, los objetivos empresariales se han reenfocado para reaccionar ante el impacto de la contingencia sanitaria en la sociedad
  • Listar con antelación los riesgos clave de una compañía es el primer paso para implementar un marco de acción basado en la criticidad de los riesgos
  • En momentos de crisis, los riesgos identificados cambian de criticidad y surgen nuevos riesgos originados por las condiciones actuales
  • La correcta implementación de un plan de reacción y continuidad radica en una puntual y dinámica gestión del riesgo empresarial

La Gestión de Riesgo Empresarial es indispensable para el desarrollo resiliente de las organizaciones. Desarrollar un programa en esta materia parte de la estrategia definida por el Consejo de Administración e implementada por la Alta Dirección, incluyendo sus objetivos a corto, mediano y largo plazo, para evaluar cuáles son las amenazas externas que podrían impedir el logro de esas metas.

 

Consulte la publicación Una nueva realidad. De la sobrevivencia a la recuperación

 

Debido a la restricción de la movilidad en el sector público y privado por la pandemia de COVID-19, dichos objetivos se han reenfocado para reaccionar ante el impacto que la contingencia tiene en los clientes y el talento; la permanencia del negocio, y la prevención de pérdidas, por destacar algunas de las áreas más relevantes mencionadas en el más reciente sondeo de KPMG en México: “COVID-19 – Liderando en tiempos de turbulencia”.

 

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Cuando los riesgos internos y externos, así como los actuales y emergentes, se tienen mapeados y calibrados adecuadamente desde la óptica de probabilidad de impacto (cuantitativo y cualitativo-reputacional) y ocurrencia, y estos son gestionados de forma transversal, las organizaciones se encuentran mejor preparadas para reaccionar a crisis de distintas características, incluyendo un fenómeno multifactorial como la emergencia global que en 2020 ha incidido en la vida cotidiana de la sociedad.

 

Listar con antelación los riesgos clave señalados por cada una de las direcciones de la compañía, incluyendo aquellos en los que coinciden distintos actores, para llevarlos posteriormente a un proceso de calibración en el mapa de calor, es el primer paso para implementar un marco robusto que permita priorizarlos debidamente en relación con su criticidad para las operaciones del negocio.

 

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Por otro lado, se debe tener en cuenta que cada empresa tiene un apetito al riesgo particular de acuerdo con sus operaciones o la industria en la que se desarrolla, y la estructura de gobierno corporativo (por lo regular, conformado por el Consejo de Administración y Comité de Auditoría, entre otros comités soporte) tiene un papel sustancial para impulsar el marco de gestión de riesgo empresarial en su conjunto.

 

Una matriz con estas características permite que la Alta Dirección se concentre en los temas con mayor probabilidad de ocurrencia y más alto grado de impacto (cuantitativo y cualitativo-reputacional); no obstante, los grados de probabilidad e impacto fluctúan permanentemente, por lo que un riesgo que en la actualidad no es un foco rojo se podría convertir en uno en cuestión de días o incluso horas, debido a variaciones económicas, ambientales, geopolíticas, regulatorias, sociales, tecnológicas o incluso sanitarias como en el panorama actual.

 

Para aquellas compañías que carecen totalmente de un programa de Gestión de Riesgo Empresarial es necesario hacer una pausa para realizar este ejercicio, y para quienes sí cuentan con un enfoque de estas características es fundamental calibrar nuevamente las amenazas a la luz de COVID-19 para aumentar su resiliencia, pues las probabilidades de ocurrencia y el grado de impacto de cada una podrían haber sufrido modificaciones relevantes en diversas áreas del negocio: manufactura, cadena de suministro, tecnología, regulatorio, capital humano, financiero, operativas, entre otras.

 

La correcta implementación de un plan de reacción y continuidad, así como la posterior recuperación del negocio, radican en una puntual gestión del riesgo empresarial, que marque la diferencia entre la viabilidad y el ajuste de las expectativas a futuro de la organización, de acuerdo con la industria o sector en el que opere.

 

Opine: ¿cuál considera que es otro elemento clave en camino a la recuperación tras la pandemia de COVID-19? 

Temas: Administracion de Riesgos

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