Las dos claves del éxito de la industria automotriz en Norteamérica durante las dos últimas décadas han sido la integración de cadenas productivas entre Estados Unidos, Canadá y México, así como el comercio libre de aranceles entre estos países.
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Uno de los principales objetivos que busca la administración actual de EE.UU. en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es disminuir el déficit comercial con Canadá y México, e incentivar la producción en EE.UU.
De acuerdo con información publicada por el United States Census Bureau, el déficit comercial de EE.UU. con México al cierre de 2017 fue de 71 mil millones de dólares, cifra que incrementó en un 10% en relación con el de 2016, lo cual añade presión adicional a la administración del país vecino.
¿Cómo afectará la renegociación del TLCAN?
Una de las industrias que más contribuyen al déficit comercial entre Estados Unidos y México es la automotriz, por lo que ha habido un especial énfasis en la renegociación del tratado, ya sea para estipular un mayor porcentaje de contenido de origen estadounidense o para exigir un incremento salarial en la industria en México.
En la renegociación del tratado, Estados Unidos buscaba originalmente incrementar el requerimiento de contenido del 62.5% al 85%, y que por lo menos un 50% de este contenido fuera de origen estadounidense. Según datos publicados por un estudio del Centro de Investigación Automotriz (CAR, por sus siglas en inglés), solo un 40% del contenido es de procedencia de los EE.UU. en los vehículos ensamblados en México y exportados a dicha nación.
Los CEOs de las tres principales compañías armadoras de vehículos automotrices de Estados Unidos han exhortado a la modernización del tratato. Estos directivos están convencidos de los beneficios y lo dañino que sería para la economía de los tres países si se llega a terminar.
Por su parte, autoridades de la Cámara de Comercio de Estados Unidos también han expresado la necesidad de mantener y modernizar el tratado, enfatizando la importancia geopolítica del mismo, y destacan la importancia de tener vecinos productivos, fuertes y cooperadores entre sí.
En un posible escenario en que no se llegue a un acuerdo sobre las reglas de origen o el incremento salarial en México y se cancele el tratado, es probable que las tarifas aplicables al comercio internacional de vehículos y autopartes sean las que indica las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), o 2.5%; sin embargo, EE.UU. tiene la facultad de establecer aranceles adicionales como lo ha hecho recientemente con la imposición de aranceles para el acero y el aluminio que impactan directamente a la industria automotriz.
Hay indicios importantes sobre el interés, tanto de la iniciativa privada como del congreso de los Estados Unidos, en permanecer en un tratado modernizado; sin embargo, la indefinición ha originado uno de los periodos más bajos de flujo de capitales extranjeros hacia México al cierre del ejercicio 2017, al haber reportado un total de 13 mil millones de dólares, en contraste con 23,300 millones de dólares en 2016.
¿Por qué la industria automotriz es un sector disruptivo?
Cambios de tecnologías de tren motriz de motores de combustión a energías alternas, automóviles autónomos, conectividad y tecnología cada vez más integrada a plataformas móviles, entre otros, indican un cambio en el ecosistema entero de la industria automotriz y la forma de producir.
Un análisis realizado por una de las principales armadoras indica que la tendencia en el TLCAN en la preferencia en la demanda de combustión interna ha cambiado en los últimos años: las preferencias en 2013 de vehículos de 8, 6 y 4 cilindros fue de 21%, 52% y 27%, respectivamente, mientras que para 2018 se espera una preferencia del 12%, 40% y 48%. Esto representa una ventaja competitiva para México, ya que la industria automotriz en nuestro país está enfocada principalmente a la fabricación y ensamble de vehículos de motores más pequeños.
Por otra parte, en la 19ª Encuesta Global de Directivos Automotrices (Global Automotive Executive Survey 2018), realizada por KPMG International a más de 900 ejecutivos de la industria automotriz y 2,100 consumidores, destaca que el 77% de los encuestados opinan que el tren motriz de combustión coexistirá con tecnologías alternativas por un largo periodo de tiempo.
Asimismo, ejecutivos de la industria creen que para 2040 existirá una convergencia de diferentes tecnologías de tren motriz en una distribución casi igual entre tecnologías de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés), tecnologías híbridas eléctricas (HEV, por sus siglas en inglés), híbridos conectados a la red (PHEV, por sus siglas en inglés), vehículos de batería eléctrica (BEV, por sus siglas en inglés) y vehículos eléctricos de célula de combustible o pila de combustible de hidrógeno (FCEV, por sus siglas en inglés), en donde el principal catalizador del cambio a estas tecnologías será la reducción de emisiones de CO2 y el costo de estas tecnologías para el consumidor.
Esto representa un gran reto para México, principalmente porque gran parte de la producción en el país está enfocada a la fabricación y ensamble de motores de combustión interna. Por ello, se debe tener una gran capacidad de reacción para la adaptación a las nuevas tecnologías de tren motriz que el mercado demandará, así como la capacidad de proveer mano de obra e ingenieros calificados para atender estas necesidades.
Opine: ¿qué ventajas podrá obtener la industria automotriz por la renegociación del TLCAN?
