Hoy en día, las empresas en fase de digitalización no operan aisladamente; cada vez con mayor frecuencia se convierten en integrantes activos de alianzas y colaboraciones más amplias, lo que se suma al reto que deben afrontar sus equipos de ciberseguridad: inspirar certidumbre en los ecosistemas en los que operan sus organizaciones, colaborando con socios de negocio para ayudar a garantizar una confianza mutua y en el ecosistema en su conjunto.
En este sentido, encontramos fortaleza en los números. De acuerdo con los datos del estudio KPMG Cyber trust insights 2022. Generando confianza mediante la ciberseguridad y la privacidad, casi la mitad de las personas encuestadas (44%) declaran que la colaboración en ciberseguridad en el conjunto del ecosistema les podría ayudar a prever ataques, por ejemplo.
Sin duda, el momento para reaccionar ante disrupciones globales ha quedado atrás, dando lugar a una etapa de identificación y adaptación continua y proactiva. Por ello, la digitalización de las funciones del back office se convierte en una actividad prioritaria que permite enfrentar un entorno que requiere de mayor agilidad e información en tiempo real, así como mantener la continuidad del negocio y capitalizar las oportunidades que se abren en el mercado.
Sin embargo, aunque la colaboración puede ser deseable, no siempre es directa. Más de un tercio (38%) afirma que las preocupaciones sobre privacidad dificultan las alianzas externas en materia de ciberseguridad y 36% teme revelar demasiado acerca de sus medidas de seguridad. Otros problemas incluyen restricciones regulatorias, falta de apoyo del equipo directivo e insuficiencia de recursos.
Incluso, aunque 79% afirma que una participación constructiva de los proveedores es esencial para que la ciberseguridad sea efectiva, tan solo 42% manifiesta que está trabajando conjuntamente para lograrlo; esta actitud puede causar un daño grave.
Adicionalmente, más de la mitad de las compañías encuestadas admiten que desconocen si sus defensas son lo suficientemente fuertes como para impedir que los atacantes se aprovechen de las vulnerabilidades en la cadena de compras y suministro.
Así pues, es inviable mantener un enfoque limitado con respecto a la colaboración, pues no logra ofrecer suficiente protección a las organizaciones o sus ecosistemas, socavando la confianza en ambos planos. De hecho, a más de la mitad (53%) le preocupa que su empresa no sea lo suficientemente proactiva en sus colaboraciones sobre ciberseguridad y puede que tengan razón para preocuparse.
La construcción efectiva de una comunidad es vital para abordar los retos de ciberseguridad; no obstante, al mismo tiempo, las compañías deben trabajar hombro con hombro, ya que cuestiones significativas relacionadas con la gestión de riesgos, la reputación, la ley y la estrategia pueden seguir obstaculizando su consecución.
Ninguna empresa puede abordar estos retos por sí misma, por lo que es importante combinar recursos y coordinarse de manera efectiva.
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