Cuatro de cada 10 directores generales en el mundo están evaluando el impacto que sus operaciones tienen a nivel internacional, debido al ritmo cambiante de factores como la globalización y el proteccionismo.
En este sentido, parecería que las políticas económicas en diferentes geografías están formulándose con dos objetivos contrapuestos:
- Mantener los beneficios de la integración global
- Limitar las responsabilidades compartidas, como el desarrollo sostenible, el crecimiento inclusivo y la gestión de la Cuarta Revolución Industrial
A pesar de este contexto, la Alta Dirección ve las transformaciones económicas, tecnológicas y sociales como una oportunidad antes que como una amenaza, dado que la Cuarta Revolución Industrial ha convertido a la disrupción en una característica inherente a los negocios.
La travesía es compleja, y obliga a los líderes de negocios a incrementar el conocimiento sobre los distintos factores que inciden en las empresas, mucho más allá de su operación.
Aprovechar la incertidumbre global como una oportunidad para generar crecimiento a corto plazo deberá ser uno de los principales puntos en su agenda este año.
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