Las organizaciones deben incorporar en su cultura aspectos que promuevan la innovación, facilitando espacios de colaboración, diversidad de puntos de vista y aprendizaje continuo.
En este sentido, la incorporación de la innovación en la cultura organizacional debe ser llevada de forma intencional y por medio de la implementación de iniciativas que puedan ser medibles. Las siguientes capacidades deben
ser desarrolladas y priorizadas para facilitar un entorno de innovación:
Permite establecer procesos y estructuras que formalicen la gestión de la innovación como parte de la empresa, tomando en cuenta al capital humano y los procesos de negocio.
Los procesos de innovación serán más efectivos si son dirigidos a necesidades actuales del mercado y con un enfoque centrado en el cliente.
Las compañías deben embarcarse en procesos de cambio cultural, los cuales usualmente son recibidos con resistencia por parte de las y los colaboradores. Una adecuada gestión del cambio comunicará de forma clara los beneficios y ayudará a reducir dicha resistencia.
La disponibilidad de recursos tecnológicos a través de la organización facilitará la inclusión de la tecnología en los procesos de innovación. Su implementación aportará beneficios y formas más eficientes de abordar los problemas, sin ser un fin en sí misma.
Las alianzas y colaboraciones con empresas afines amplían el espectro de ideas y nos permiten mantenernos actualizados con las últimas tendencias de la industria.
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