Operación del día uno
Fruto de la escisión, deberá repensarse cuál es el modelo operativo del nuevo negocio que tendrá mejor desempeño desde el día uno, es decir, cuando la compañía sea legalmente independiente.
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Para ello, es necesario llevar a cabo un proceso de evaluación, para analizar si cada uno de los procesos operativos deben ser replicados, interrumpidos, externalizados o modificados. Asimismo, es el momento ideal para reflexionar sobre las áreas de oportunidad transformacionales que pudiera abarcar el nuevo modelo de negocio.
Para esta labor será necesaria la ayuda de las áreas del negocio en las que se deberán formalizar los acuerdos de servicios de transición (TSA, por sus siglas en inglés), con características básicas como duración, modelo de servicio, cláusulas de salida, revisión y formulación de precios, entre otras.
Finalmente, ya habiendo superado el día 1, momento en el que el negocio escindido pasa a operar de manera independiente, debe instaurarse un programa temporal de seguimiento del progreso, que incluya la identificación de riesgos y la resolución oportuna de problemas, con objeto de asegurar que no se produzca ninguna desviación operativa relevante para la continuidad del negocio.
Este programa debe extenderse por un plazo aproximado de entre 30 y 60 días, en los cuales se deben celebrar sesiones continuas para la anticipación de problemas o riesgos y adoptar soluciones que mitiguen de forma adecuada cualquier incidencia detectada, así como centrarse en las interdependencias y el impacto de un periodo de reinicio del sistema durante la transición.
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