2019 será complejo; la desaceleración marca las perspectivas del mercado, debido a presiones como el alza de tasas en Estados Unidos, cuya economía ha alcanzado casi una década de crecimiento, el periodo más largo de la historia reciente, y la única certeza al respecto es que lapsos como este no duran por siempre.
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En este sentido, desde las últimas jornadas bursátiles de 2018 comenzaron a percibirse factores que invitan a la cautela, generando consenso con respecto a la alta probabilidad de que se inicie un ciclo de disminución en el ritmo de crecimiento de la economía global en los próximos años.
Para aprovechar las oportunidades en diversos sectores industriales, las organizaciones tienen a su alcance la adopción de cuatro prioridades estratégicas:
1. Gestión de talento
Es necesario enfocar la mirada hacia la gran cantidad de personas que cuentan con el potencial de convertirse en el talento presente y futuro de las empresas, por medio de la capacitación o especialización en actividades que, en principio, ofrecen posibles nichos de oportunidad tanto para individuos como para las organizaciones.
A medida que se logren alinear los objetivos de las compañías con la necesidad de la sociedad de dar ocupación a una fuerza laboral en aumento, el talento será una pieza fundamental para el crecimiento, la satisfacción del cliente, la innovación y la transformación digital de los negocios.
2. Transformación digital
Pensando en la relevancia que tienen nuevas las tecnologías emergentes en la configuración del mundo actual, la transformación digital de las organizaciones es un tema de supervivencia. Productos e industrias se están modificando progresivamente a un ritmo cada vez más acelerado. Tal es el caso de sectores que están destinando sus inversiones a proyectos que buscan satisfacer una necesidad rápidamente cambiante en un futuro que aún no conocemos, lo cual acarrea un riesgo evidente.
Hoy es fácil ver cómo han evolucionado industrias completas; no obstante, el punto es identificar las señales tempranas de cambio que modificarán el mercado en uno, dos o tres años, cómo están modificándose los hábitos de consumo de los clientes e, incluso, cómo se da la convergencia de distintos sectores.
Es necesario resaltar que la tecnología no es la meta en sí misma, sino el medio idóneo para satisfacer las necesidades del cliente, dado que, a partir de una identificación de prioridades, las compañías pueden destinar recursos específicamente a las áreas donde se debe actuar con mayor oportunidad para atraer o retener a sus consumidores.
3. Ciberseguridad
Cada vez son más comunes los eventos que vulneran la seguridad de la información de las compañías y grupos empresariales, lo que ha hecho que tomen mayor conciencia sobre el hecho de que actualmente cualquier industria es susceptible de sufrir un ataque cibernético, elevando la prioridad de esta materia dentro de la estrategia operativa; sin embargo, aún hace falta mucho por hacer en este rubro en materia de protección.
Las organizaciones que han adoptado los sistemas tecnológicos desde hace tiempo, estos deben actualizarse en términos de seguridad para no ser presa de los ataques; por su parte, aquellas que apenas adoptan sistemas de gestión de recursos, se encuentran en riesgo por la novedad que representan estas soluciones tecnológicas para su negocio. Además, siempre existe la posibilidad de tercerizar ciertos procesos o funciones, lo cual también acarrea amenazas latentes.
Los consejos de administración ya comienzan a contar con especialistas en ciberseguridad que comprenden y visualizan riesgos a los que está expuesta la empresa derivados de la transformación digital, y cómo podrían impactar las operaciones actualmente y de cara a un futuro en el que la colaboración entre distintos tipos de entidades será clave para mantenerse vigentes ante el cambio y la disrupción.
4. Innovación
Las grandes corporaciones con presencia global, desde telecomunicaciones o servicios financieros hasta empresas dedicadas a la manufactura de bienes industriales, están viendo en las start-ups una manera rápida y efectiva de gestionar el tema de la innovación: adoptando de un tercero las soluciones que les están pidiendo sus propios consumidores.
Este tipo de colaboración va construyendo, conforme se desarrolla, un ecosistema cooperativo que toma en cuenta qué está cambiando en los patrones de consumo del cliente con el objetivo de ver cómo incorporar la tecnología para atenderlos eficientemente.
¿Qué esperar para 2019?
Nos encontramos en una época de transformación e incertidumbre generada por factores internos y externos a las organizaciones, en un mundo modelado por narrativas en ocasiones contrapuestas. Sin embargo, en la medida en que existen estos cambios también se presentan oportunidades.
Si bien el ambiente de negocios invita a la cautela, las decisiones de inversión deben tomarse, dado que, cuando se presentan, las oportunidades pueden no volver a repetirse. Para aprovecharlas, desde luego, hay que tomar en cuenta los riesgos asumiéndolos de forma controlada y trabajar hombro con hombro con miras hacia un futuro compartido.
Aquellas organizaciones que pongan en marcha sus planes de negocio bajo estas consideraciones podrán aprovechar las ventajas competitivas que surjan de ello capitalizando factores como el capital humano, el impulso demográfico, el consumo interno o la inversión pública.