Si algo ha quedado demostrado en los últimos años es que los cambios y la disrupción son constantes e impulsan a los negocios a reinventarse; por ello, no sorprende que la madurez de las empresas en temas de innovación y transformación digital haya ido en aumento.
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De acuerdo con el estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México 2024. Superar los retos y aprovechar las oportunidades de KPMG México, 30% de las personas encuestadas considera que el grado de madurez de los procesos de innovación en su empresa se encuentra en una etapa estructurada, lo que significa que cuenta con procesos definidos y formalizados, mientras que 28% asegura estar en una etapa controlada, en la cual existe colaboración coordinada entre múltiples áreas de forma transversal, y 23% en fases iniciales, actuando de forma reactiva ante la disrupción del mercado.
Para que una cultura de innovación pueda considerarse bien definida y que cuenta con procesos formalizados es necesario asumir la innovación de manera proactiva, permitiendo que esta permee en toda la organización y sea adoptada como una parte intrínseca de los modelos de negocio.
Sin embargo, más allá de identificar su nivel de madurez en cuanto a innovación, las compañías hoy se ocupan de definir el horizonte o segmento en el que les gustaría enfocarse durante 2024: la mayoría (43%) asegura que será en el segmento incremental (mejorando productos o servicios existentes para optimizar costos y tiempos), mientras que 27% señala que se dedicará a promover la innovación transformacional (para generar nuevos productos y servicios) y 21%, la adyacente (abarcando nuevos mercados y clientes mediante la optimización de su oferta de valor actual).
En definitiva, el grupo de liderazgo de toda organización debe asumir un compromiso total con la innovación, así como una genuina convicción de encaminar a todo el negocio hacia nuevas formas de operar y desarrollar productos y servicios, lo que implica la definición de una estrategia concreta y la asignación de recursos suficientes para lograrlo.
El liderazgo no se reduce únicamente a la Alta Dirección, sino que también incluye al grupo encargado de promoverla y de involucrar a todas y cada una de las personas que forman parte de la empresa, como los integrantes del Consejo de Administración y sus comités de apoyo, por ejemplo, o bien, miembros del cuerpo directivo, fundadores o propietarios. Asimismo, los liderazgos informales también deben ser considerados, por ejemplo, en el caso de las empresas familiares.
Por otro lado, las y los líderes deben ser conscientes de que el error forma parte del proceso, por lo que el índice de éxito debe incorporar la posibilidad de equivocarse, aprender de los desaciertos o aproximaciones inexactas y los nuevos intentos.
Asignar recursos al crecimiento
Para que las iniciativas despeguen y sean exitosas, es necesario realizar inversiones que sustenten cada paso del proceso. En este sentido, la mitad de la muestra (46%) asegura que destinará entre 2% y 5% de sus ingresos a proyectos de innovación, y tres de cada diez (34%) menos de 2%. Por otra parte, aquellas que consideran invertir más de 6% de sus ingresos (14%) probablemente tengan mayores probabilidades de éxito en sus iniciativas y en definitiva serán las que logren una más efectiva disrupción en los próximos años.
Asimismo, las organizaciones señalan que sus estrategias de innovación tienen como objetivo incrementar la productividad y las ventas (60%), mejorar la experiencia del cliente (55%), asegurar la permanencia del negocio (54%), y, en línea con las prioridades estratégicas analizadas en el capítulo anterior, desarrollar nuevos productos y servicios (46%).
Al respecto, asumir la transformación continua de la oferta de productos y servicios es absolutamente necesario, porque no todos los proyectos terminarán ofreciendo el retorno de inversión esperado. Por lo tanto, entre más ambiciosas sean las inversiones en innovación, mayores serán las probabilidades de conseguir resultados positivos al materializar las iniciativas.
Cuando se trata específicamente de herramientas tecnológicas, las empresas tienen claras preferencias. En 2024, la mayoría (61%) aplicará data & analytics, junto con aplicaciones (58%), la nube (58%) e inteligencia artificial analítica (37%).
El hecho de que data & analytics y la nube hayan obtenido los porcentajes más altos no es ninguna sorpresa, ya que, además de ser tendencia en los últimos años, se trata de herramientas sumamente necesarias para gestionar la enorme cantidad de datos que actualmente producen y emplean las organizaciones.
Por otra parte, cabe resaltar el uso cada vez más popular de las aplicaciones, las cuales permiten a los negocios acercarse de una forma distinta a sus clientes, más alineados con sus necesidades y experiencias actuales.
