Dos décadas de evolución en la gestión de riesgo empresarial
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Dos décadas de evolución en la gestión de riesgo empresarial

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Publicado por Jesús Luna

mayo, 2025

Puntos Destacados:

  • La gestión de riesgos pasó de ser un ejercicio estático a uno dinámico y transversal tras eventos como la pandemia
  • Las prioridades actuales incluyen certidumbre para los stakeholders, protección reputacional y generación de valor
  • Las empresas resilientes son aquellas que integran la gestión de riesgos como parte esencial de su estrategia operativa y de crecimiento

A lo largo de dos décadas, el estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México ha sido testigo de cómo han evolucionado los principales paradigmas en el ambiente de negocios de nuestro país, registrando cómo las compañías se han adaptado para hacer frente a nuevos retos para mantenerse competitivas. Un ejemplo claro puede observarse en cómo han ido perfeccionando su ejercicio de gestión de riesgos, el cual ha cobrado un dinamismo importante en los últimos años, derivado de diversos factores externos y también por las necesidades internas de las propias compañías.

Consulte la publicación Hacia una gestión sostenible de los riesgos

Es por lo que, en el marco del vigésimo aniversario del estudio, damos cuenta de esta evolución, y cómo las empresas la han aprovechado. En este sentido, el análisis derivado de esta labor: Gestión de riesgo empresarial, una evolución marcada por el dinamismo de la disrupción constante permite identificar de qué manera ha cambiado el ejercicio de gestión de riesgos en las empresas de nuestro país a lo largo de dos décadas.

Así como los riesgos que han enfrentado las organizaciones se transforman, los objetivos y beneficios que obtienen de su adecuada gestión también han atendido a características específicas en función de su contexto. En 2008, por ejemplo, las tres metas más importantes de la gestión de riesgos eran maximizar la rentabilidad de las unidades de negocio (70%), garantizar la seguridad de empleados y clientes (62%) y evitar pérdidas (58%), buscando mantener la continuidad de las operaciones y adoptar planes de control interno más robustos para optimizar costos. Para 2018, habían transitado hacia la protección y mejoramiento de la reputación de la organización (52%), el asegurar la permanencia en el tiempo (51%), así como el cumplimiento regulatorio (48%).

Es importante señalar que antes de la pandemia, la gestión de riesgo empresarial se veía como un ejercicio estático que consistía en una lista de riesgos internos y externos previamente identificados, lo que implicaba que, en periodos de dos, cinco y hasta seis años, se revisaban únicamente los riesgos anteriormente definidos por la Alta Dirección; sin embargo, después de COVID-19 se hizo evidente la necesidad de reformular los planes de supervivencia, mantener las operaciones y transformar los modelos de negocio de manera constante.

Lo anterior implicó que las amenazas empezaran a atenderse de forma dinámica, actualizando, en primera instancia, la relación de aquellos riegos que se consideraban más críticos para la operación y la estrategia, para posteriormente monitorear y detectar disrupciones emergentes.

 

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Para 2024, los objetivos más importantes de la gestión de riesgos habían cambiado: brindar certidumbre a las partes interesadas o stakeholders (64%), incrementar el valor para los accionistas (48%) y proteger la reputación de la organización (46%). No obstante, también se hablaba de modelar escenarios de posibles contingencias a futuro (33%), lo que demuestra que las organizaciones atienden riesgos internos y externos de manera simultánea, configurando estrategias hacia el interior de su operación.

A pesar de la evolución que la gestión de riesgos ha experimentado en los veinte años del estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México, debido a momentos de crisis que han requerido una mayor especialización, el liderazgo de las organizaciones ha sabido responder a la necesidad de mantenerse actualizado para atender el complejo abanico de amenazas emergentes que pueden poner en entredicho el crecimiento de su negocio.

Como mencionamos, las consecuencias de la crisis de COVID-19 generó distintos retos fuera del margen de acción de las empresas, como la recesión económica o los cambios en determinadas regulaciones, que se sumaron a la lista de riesgos que afectaron la estrategia del negocio, lo que resaltó la impostergable necesidad de realizar ejercicios de gestión de riesgo empresarial transversales y dinámicos, para la adecuada gestión de disrupciones actuales y emergentes.

 

Opine: ¿Cómo pueden las organizaciones transformar la gestión de riesgos en un motor de innovación y ventaja competitiva sostenible?

“Aquellas organizaciones que han logrado una gestión de riesgos dinámica, transversal y que comprenden la rapidez con la que evolucionan las amenazas, han sido las que logran generar una ventaja competitiva, consolidan su resiliencia, están en mejores condiciones para mantener sus operaciones, haciéndolas más eficientes para alcanzar sus metas de crecimiento”

– Jesús Luna, Socio Líder de Private Enterprise
KPMG México

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