El entorno de reformas fiscales en México y el mundo incrementa la complejidad del cumplimiento fiscal, e implica un mayor uso de las tecnologías por parte de reguladores y contribuyentes, demandando mayor transparencia hacia los grupos de interés.
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Este contexto ha llevado a que el 40% de los departamentos fiscales en América Latina sean especializados e independientes, es decir, reportan a una dirección ejecutiva; 35% reporta a la Dirección de Finanzas; mientras que el porcentaje restante le reporta a otras áreas de la empresa como Contabilidad, Tesorería, Legal y otras.
La función de Impuestos debe ser un eje estratégico en la organización, a fin de gestionar mejor el riesgo fiscal en las transacciones más relevantes y generar valor a los grupos de interés que demandan información para la toma de decisiones.
¿Cómo responde la función de Impuestos a los desafíos?
1. Tecnología y digitalización
Actualmente, los softwares más utilizados por los departamentos de Impuestos a nivel global son los empleados para gestionar recursos, para control de provisiones, para control de cumplimiento y de flujos de trabajo. De ellos, los departamentos de Impuestos de América Latina emplean con mayor frecuencia los softwares para gestión de recursos.
Se espera que la región haga un uso más intensivo de programas para reportes de cumplimiento entre países, así como los relacionados con precios de transferencia.
De igual manera, los departamentos en la región se muestran satisfechos con el software de gestión de recursos (ERP, por sus siglas en inglés) que actualmente emplean, lo que sugiere que se mantendrán con él para cumplir con las regulaciones fiscales.
Sin embargo, se prevé que durante los próximos cinco años las compañías adopten programas especializados o desarrollados para proveer información a las áreas de Impuestos, lo que implica desarrollar programas a la medida.
2. Personal especializado y dedicado
De acuerdo con el estudio Latin America tax department benchmarking realizado por KPMG y que incluye la perspectiva de 50 CTOs (Chief Tax Officer) o directores de departamentos de Impuestos de 12 países de América Latina, existe un entendimiento claro acerca de la necesidad de especializar a los equipos, así como de automatizar procesos repetitivos, que permitan a las personas dedicarse a tareas que generen mayor valor para el negocio como interpretación y análisis, estrategia y toma de decisiones.
Por otro lado, la mitad de los encuestados planean que sus equipos crezcan en número para enfrentar los desafíos. En este sentido, uno de cada cinco líderes de Impuestos calcula que su personal se incremente 20%, lo cual, sumado a la especialización es primordial para asegurar el cumplimiento de los objetivos.
3. Centralización y estandarización de procesos
Uno de los factores que demanda mayor atención de los departamentos de Impuestos, dada la adopción de los criterios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en materia de erosión de la base tributaria (BEPS, por sus siglas en inglés), son los precios de transferencia.
Cuatro de cada diez departamentos (38%) destacan que el modelo de operaciones en precios de transferencia permanece enteramente concentrado en el país donde se ubican sus oficinas centrales, mientras que un 33% adicional comenta que, a pesar de estar centralizados, las oficinas locales brindan soporte.
Adicionalmente, la estandarización de procesos lidera la lista de iniciativas del CTO para hacer más eficiente el cumplimiento y disminuir riesgos fiscales.
En conclusión, el CTO en América Latina enfrenta cambios de manera disruptiva. Es imperativo que los líderes de Impuestos adopten a la tecnología como aliado para cumplir con sus objetivos, apuesten por la especialización de su equipo para generar valor a la organización, a la vez que centralizan y estandarizan procesos para gestionar el riesgo y mejorar el cumplimiento ante las nuevas reformas fiscales.
