Así como la crisis sanitaria impulsó una nueva cultura laboral, también dio pie a que la Alta Dirección se involucrara de forma más enfática en la gestión de riesgos. Tanto las estrategias de talento como las estructuras de gobernanza se vieron en una situación que nunca habían experimentado, por lo que se tuvieron que reactivar los programas de gestión de riesgo y, posteriormente, adaptarlos para atender eventualidades de esta índole.
Hoy, la gestión de riesgos tiene que realizarse de manera proactiva, además de que se le debe destinar el presupuesto suficiente para evitar que las estrategias de las compañías se vean afectadas. Adicionalmente, se apuesta por la transformación digital contando con el apoyo y respaldo de los consejos de administración y de la Alta Dirección, quienes reconocen la importancia de trabajar de manera transversal (en vez de silos), facilitando así una comunicación abierta e inclusiva que garantice la seguridad de la información.
Atender los riesgos que podrían presentarse en una organización siempre ha sido una de las prioridades de la Alta Dirección; sin embargo, luego de diversos eventos disruptivos como COVID-19, determinados sucesos geopolíticos y una crisis en las cadenas de suministro, se convirtió en una necesidad de máxima relevancia que no solo debe ser atendida, sino revisada, fortalecida y ajustada constantemente.
Los resultados de la encuesta Perspectivas de la Alta Dirección en México 2023 muestran que 39% de las compañías consideran que cuentan con un programa de gestión de riesgos robusto y en constante proceso de actualización. Una permanente revisión de este es absolutamente indispensable si consideramos que los riesgos son dinámicos; algunos serán más apremiantes que otros y la organización deberá concentrarse en tales amenazas, pero en la siguiente revisión que hagan de su plan pueden volver a ponderar la relevancia cuantitativa y cualitativa de cada uno.
¿En qué etapa se encuentra el programa de gestión de riesgo empresarial en su organización?
Dicho proceso debe guiar a toda la empresa en la identificación, procesamiento y gestión de riesgos existentes y emergentes; sin embargo, también es vital reconocer que no es posible crecer, innovar y operar en un ambiente libre de riesgos, sino que es su adecuada administración lo que da viabilidad a los modelos de negocio más competitivos.
Cuando pensamos en riesgos y preocupaciones actuales, lo primero que viene a la mente son temas como los ciberataques, por lo que no sorprende que estos sean la principal mención respecto a los riesgos de negocio que podrían ocasionar impactos relevantes (51%); no obstante, se debe considerar la existencia de otros, tales como la atracción y retención de talento (48%), y el aumento prolongado de la inflación (47%), que las y los líderes empresariales también consideran urgentes de atender en 2023.
¿Qué riesgos de negocio podrían ocasionar impactos relevantes (cualitativos y cuantitativos) en la estrategia de la empresa en 2023?
Así pues, nuevamente cobra relevancia el talento para las empresas debido a que el trabajo a distancia permitió que el personal dispusiera de más opciones en caso de que deseara contratarse en alguna entidad que le ofreciera mayores beneficios. Existe un fenómeno global relacionado con la atracción y retención de talento, en el que las compañías que anteriormente eran muy atractivas para el mercado laboral ahora ya no lo son tanto, ya que las variables de fidelidad de los empleados se han modificado y ahora toman en cuenta factores como el salario emocional, los modelos operativos, entre otros. De hecho, el riesgo que más se materializó en las compañías en los últimos 12 meses fue precisamente la pérdida de talento clave (40%), seguido de la disrupción en las cadenas de valor (38%) y los ciberataques (26%).
¿En su empresa se presentó alguno de los siguientes riesgos en los últimos 12 meses?
La importancia de fortalecer la ciudadanía corporativa
En cualquier caso, el principal objetivo de la gestión de riesgos consiste en brindar certidumbre a las partes interesadas, tanto al interior de la organización como hacia afuera. En este sentido la mayoría de las empresas busca, precisamente, brindar certidumbre a sus stakeholders (61%).
¿En qué etapa se encuentra el programa de gestión de riesgo empresarial en su organización?
Destacan, en segundo y tercer lugar, el incrementar el valor para los accionistas (52%) y la intención proteger la reputación de la organización con 44%, los cuales también se vinculan con tener una buena relación con los grupos de interés.
Existe un aspecto que actualmente casi todos los stakeholders consideran determinante al momento de interesarse en alguna entidad en particular: los temas ASG. El que las compañías los categoricen de acuerdo con su nivel de criticidad es actualmente un requerimiento indispensable, ya que, de lo contrario, podrían enfrentarse a consecuencias de índole económica y reputacional.
Una parte importante de los encuestados aseguran tener identificados dichos temas, además de medirlos con indicadores (40% relacionados con el medio ambiente, 29% con temáticas sociales y 45% en materia de gobierno corporativo); no obstante, una importante proporción (26% ambiental, 22% social y 16% gobierno corporativo) señala no tenerlos identificados ni medidos. En definitiva, pareciera que los temas sociales presentan una menor madurez; sin embargo, es crucial recalcar que estos forman parte importante de la gestión de riesgos. Ser autocríticos y seguir una metodología efectiva en temas ASG evitará que las organizaciones caigan en situaciones como el greenwashing o socialwashing, con las afectaciones reputacionales que este tipo de conductas conllevan.
¿Tiene identificados y medidos con indicadores los siguientes temas ASG?
En este punto es importante mencionar que la prioridad ya no es solo atender los temas ambientales, sino también (y especialmente) aquellos relacionados con los salarios de la plantilla, así como con su bienestar físico y psicoemocional. Un buen detonador de la atención que actualmente reciben los temas sociales es la correcta implementación de la regulación en materia de teletrabajo, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT) o la Norma Oficial Mexicana 037 (NOM-037), la cual actualmente se encuentra en proceso de evaluación.
Finalmente, existe una serie de acciones que las empresas en nuestro país consideran críticas para 2023: la atracción y retención de talento (71%), la ciberseguridad (69%) y la innovación en modelos de negocio y mejoras operativas (66%), entre otras.
¿Qué tan críticas son para la empresa las siguientes acciones en 2023?
Además, el 65% de las organizaciones encuestadas consideran el diseño de un plan de continuidad del negocio como algo crítico, lo que nos habla de un profundo conocimiento de las consecuencias que impone una crisis, cuando la Alta Dirección debe concentrarse en diversos temas apremiantes mientras el negocio se esfuerza por mantener su operación.
Opine: ¿Qué herramientas son necesarias para la gestión de riesgos en las empresas?
