La corrupción y los flujos financieros ilícitos asociados presentan importantes retos para las organizaciones, particularmente cuando inciden en los compromisos ASG, ya que no solo afectan la operación, sino que también menoscaban los planes de sostenibilidad y los derechos humanos de los grupos vulnerados. Fortalecer los programas anticorrupción resulta imperante para generar entornos de negocio más éticos y sostenibles, dada la relevancia que alcanzan en distintos grupos de interés.
Responsables de la investigación
Sobre dicho incidente, 79% afirma que el equipo interno de la casa matriz realizó las investigaciones correspondientes y 21% lo hizo a través de particulares, por ejemplo, una firma de consultoría especializada. Ante investigaciones cada vez más complejas, es imperativo que los equipos respondan de una manera ética e independiente, que considere todos los posibles efectos que podría tener la materialización del acto de corrupción tanto en la organización como en los terceros involucrados.
Asimismo, es importante recordar las diferencias en los marcos regulatorios anticorrupción existentes en México y en el extranjero, pues es una base importante para documentar las diversas estrategias de investigación que pueden ser adoptadas por los equipos internos y las consideraciones particulares a incorporar, como el apoyo de especialistas en distintas materias.
La corrupción y su impacto ASG
En definitiva, la interconexión entre la corrupción y otras problemáticas, como el lavado de dinero o el fraude, incrementa la complejidad de las investigaciones, lo que demanda que las organizaciones implementen mecanismos de respuesta mucho más sofisticados y alineados con los principios ASG, que aseguren la gestión integral de los riesgos y permitan abordar todas las aristas del problema, sin incumplir compromisos ni vulnerar los derechos de los distintos grupos de interés, tanto internos como externos.
Canales de denuncia para casos de corrupción relacionados con temas ASG
Respecto a los mecanismos para gestionar las denuncias, 37% menciona contar con una línea de denuncia interna; 23% las atiende con ayuda de un tercero independiente, y 20%, mediante una dirección de correo electrónico.
Para que estos mecanismos sean realmente efectivos, es fundamental fortalecerlos con la difusión y transparencia necesarias; es decir, el personal debe saber que existen, conocer su función y tener la garantía de que su denuncia permanecerá anónima.
Asimismo, se debe asegurar que el proceso sea claro y que la información se maneje con discreción, con el fin de crear un entorno de confianza donde el temor a las represalias no sea un obstáculo para la denuncia.
En este sentido, la capacitación del personal encargado es clave para proporcionar soluciones efectivas. En definitiva, las organizaciones que priorizan la transparencia y la atención efectiva de las denuncias logran marcar una diferencia significativa en la percepción y efectividad de sus programas de prevención contra posibles ilícitos.