En definitiva, cuando hablamos de temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), es crucial que las compañías lleven a cabo acciones inmediatas que permitan contener los riesgos con base en principios como la integridad y la ética. El éxito de un negocio está fuertemente vinculado con su propósito como organización. Por ello, liderar implica motivar y compartir dicha visión con todas las personas que la componen. Este, además, debe estar anclado en valores compartidos y realmente ejercidos diariamente.
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Las empresas reconocen la importancia de las iniciativas ASG, en especial cuando se trata de mejorar el desempeño financiero y fomentar el crecimiento. Asimismo, hay una expectativa de que las corporaciones trabajen de acuerdo con el marco de valores previamente comentado, así como con procesos específicos para la buena gobernanza; por ejemplo, implementando políticas anticorrupción y antilavado de dinero, apegándose de manera irrestricta a un comportamiento ético.
La responsabilidad se constituye, pues, como la brújula que les ayuda a navegar por la incertidumbre y enfrentar los desafíos que la geopolítica, la economía y otros aspectos plantean, tomando las decisiones correspondientes a través de conductas íntegras, conscientes y justas.
Conforme más se trabaje en esta imagen y mayores sean las iniciativas que se alinean con la idea de una empresa socialmente responsable, mejor fundamentada estará su resiliencia, aun si esto implica incurrir en costos adicionales. Por lo tanto, las y los líderes de las organizaciones deben encargarse de que su talento, proveedores, aliados y demás partes interesadas se alineen perfectamente con la cultura que han definido como propia.
¿Qué estrategias ASG puede desplegar su empresa para ser considerada como socialmente responsable?