El proceso de Reforma Fiscal en EE.UU. se inició formalmente el 2 de noviembre de 2017 con la presentación para su discusión en la Cámara de Representantes, que aprobó su versión el 16 de noviembre del mismo año. Días después hizo lo propio el Senado, por lo que fue necesario un proceso de reconciliación para resolver las diferencias existentes entre las dos versiones y así enviar una propuesta idéntica tanto a la Cámara de Representantes como al Senado.
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¿Cómo afecta a las empresas mexicanas?
Los líderes de las organizaciones mexicanas con operaciones en Estados Unidos deben conocer a profundidad los impactos de la nueva normativa para gestionar los riesgos de manera adecuada, y encontrar oportunidades en los entornos complejos.
Estos son los once cambios más relevantes que pueden afectar a las empresas mexicanas incluidos en el texto final de la Reforma Fiscal de Estados Unidos:
1. Personas físicas
Se establecen tasas menores y se elevan los rangos en que se aplican, reduciendo la tasa máxima de 39.6% a 37%. Como medida compensatoria, disminuyen las deducciones personales, como los intereses sobre hipotecas y donativos, entre otros.
Con respecto al impuestos mínimo alternativo (AMT, por sus siglas en inglés) se incrementan los montos exentos de 55,400 a 70,300 dólares. Las medidas relacionadas con la reducción de tasa y deducciones estarán vigentes hasta diciembre de 2025.
2. Tasa del impuesto corporativo
La parte primordial de la reforma es la reducción permanente de la tasa corporativa en Estados Unidos, que el 1 de enero de 2018 pasó de 35% a 21%, es decir, tuvo una disminución de 14%.
Asimismo se eliminaron las tasas progresivas que existían anteriormente y el impuesto en las llamadas “empresas de servicios personales” (contables, legales, médicos), otorgándose una deducción de 20% sobre el ingreso obtenido para algunos negocios.
3. Pérdidas fiscales
A partir de 2018, las pérdidas fiscales solo podrán aplicarse en 80% de la utilidad fiscal de cada ejercicio hasta consumirse. Anteriormente se podían aplicar sin ninguna condición con una limitante de 20 años.
Las pérdidas anteriores a 2018 se podrán amortizar al 100% sin restricciones en el tiempo y también se elimina el sistema anterior de carryback de pérdidas fiscales.
4. Deducción de inversiones
Se establece una deducción inmediata de las inversiones que se lleven a cabo en activos fijos nuevos y usados, siempre que en este último caso no se adquieran de partes relacionadas, siendo aplicable esta deducción por aquellos activos adquiridos a partir del 27 de septiembre de 2017 y hasta antes de 2023, año en que disminuyen los porcentajes de deducción.
5. Deducción de intereses
Estableciendo de alguna forma sus propias reglas para evitar la erosión de la base fiscal (conocidas como BEPS por sus siglas en inglés), se limita la deducción neta de intereses por el excedente a 30% del ingreso gravable ajustado del contribuyente, además de otras posibles limitantes sobre la deducción de intereses.
La limitante anterior no será aplicable para pequeños negocios, considerándose como tales aquellos que en promedio en los últimos tres años no hayan obtenido ingresos superiores a 25 millones de dólares.
6. Impuestos internacionales
Las modificaciones más significativas en materia internacional son las relativas al cambio de un régimen fiscal sobre una base mundial a una territorial, junto con la imposición de un nuevo gravamen a los pagos efectuados a afiliadas residentes fuera de EE.UU. por el uso de intangibles y servicios.
7. Repatriación de capitales
A partir de 2018, las utilidades que se obtengan a través de subsidiarias extranjeras estarán exentas del pago del impuesto en la medida en que el accionista corporativo estadounidense posea por lo menos 10% de la entidad extranjera y los dividendos que se reciban no originen una deducción en algún otro país.
Como transición, la ley considera una repatriación obligatoria de las ganancias generadas en el extranjero a partir de 1986 hasta 2017 a una tasa de 15.5% sobre el efectivo que se tenga en dichas subsidiarias, y de 8% sobre los activos no convertibles en efectivo. El impuesto resultante podría pagarse en plazos durante ocho años.
8. Impuesto por ingresos por intangibles en el extranjero
La excepción al régimen territorial es la inclusión obligatoria de los ingresos que se obtengan por medio de subsidiarias extranjeras por intangibles explotados fuera de las fronteras de EE.UU., y se determina sobre una base modificada, que es el excedente de 10% de los ingresos no rutinarios.
La tasa efectiva será de 10.5%, que aumenta a 13.125% para ejercicios fiscales posteriores al 31 de diciembre de 2025. Contra el impuesto podrá acreditarse hasta 80% del impuesto pagado en el extranjero atribuible a los ingresos que se están considerando sin que puedan aplicarse en años posteriores.
9. Impuestos por ingresos de intangibles
Con la finalidad de promover la migración de intangibles hacia EE.UU., se establece una tasa reducida de 13.125%, que se incrementará a 16.406% a partir de 2026 para estos ingresos, obtenidos por empresas residentes en ese país por la venta o renta a empresas extranjeras, incluyendo servicios.
10. Limitación de deducciones
Se elimina la deducción de pagos efectuados a partes relacionadas residentes en el extranjero con respecto a operaciones o entidades híbridas.
Se entienden como “operaciones híbridas” aquellas que se consideran como regalías o intereses de acuerdo con la legislación estadounidense, pero no son objeto del impuesto en el otro país; y como “entidad híbrida”, aquella que es considerada como transparente en un país, pero no en el otro.
11. Impuesto antierosión
Se establece un impuesto antierosión (BEAT, por sus siglas en inglés) aplicable a pagos a partes relacionadas por concepto de intangibles, intereses, servicios e inversiones en activos fijos que se pretendan deducir en EE.UU.
Esta disposición no será efectiva para ciertos servicios prestados al costo. Para efectos de esta disposición se entiende que se tiene una parte relacionada cuando existe una participación accionaria superior o igual a 25% o más.
Debido a la velocidad con la que se aprobó, muchos detalles de esta reforma se dejarán para la implementación del Departamento del Tesoro. No obstante, las nuevas reglas son finales sustancialmente.
Ante ello, la Alta Dirección debe avocarse a analizar los impactos, así como a buscar oportunidades que permitan mitigar las repercusiones que podrían generar los cambios regulatorios derivados de la Reforma Fiscal en Estados Unidos.
