Obtener financiamiento se ha convertido en un desafío cada vez más exigente para las organizaciones. Además de las fuentes tradicionales, existen alterativas como son los instrumentos financieros híbridos, los cuales tienen un componente de deuda y uno de capital.
El objetivo de contratar un instrumento financiero con estas características debe estar claramente definido desde el inicio, ya que su adquisición o emisión siempre conlleva una intención contable. Por ejemplo, una entidad puede buscar evitar un incremento en su pasivo y, en su lugar, fortalecer su capital contable.
No obstante, si el instrumento no se estructura conforme a la normativa contable, un auditor o consultor podría determinar que debe clasificarse como deuda, lo que frustraría el objetivo inicial.
Descargue la publicación: Instrumentos financieros híbridos. Retos financieros, regulatorios y contables

En el diseño de estos instrumentos, las empresas suelen priorizar el enfoque económico, considerando factores como la expectativa de liquidez, el impacto contable y las repercusiones en los estados financieros.
Cuando el equipo cuenta con experiencia, también incorpora el análisis legal, ya que estos instrumentos conllevan obligaciones contractuales que deben reflejarse contablemente. Lo último que desean las entidades son sorpresas que afecten su planeación financiera.
Diseño, clasificación y riesgos asociados
La dualidad o convertibilidad de los instrumentos híbridos puede establecerse como obligatoria u opcional, y ocurrir durante la vigencia del instrumento o al vencimiento, dependiendo de su diseño.
En este sentido, el diseño es clave. Si no se realiza un análisis adecuado, el instrumento podría no cumplir con los criterios contables para ser considerado híbrido y terminar clasificándose como deuda, lo que puede afectar negativamente el apalancamiento de la compañía, superar límites financieros establecidos o generar problemas de liquidez o incluso insolvencia.
Muchas veces, la meta del negocio, lo estipulado en el contrato y lo que finalmente se refleja en la contabilidad no están alineados. Por ello, es esencial que todos los equipos involucrados (financiero, legal, contable y fiscal) trabajen de forma coordinada.
Además de los aspectos contables y legales, también deben considerarse las implicaciones fiscales, como la posibilidad de deducir intereses en caso de que el instrumento se clasifique como deuda. Aunque la normativa contable no define el tratamiento fiscal, dado que varía entre jurisdicciones, es un elemento que debe incluirse en el análisis para contemplar la evaluación integral del instrumento.
Opine: ¿Qué ventajas tiene la contratación de instrumentos financieros híbridos sobre otros?