Por: Luis Preciado Socio Líder de Risk Advisory Solutions y Dalia Sierra, Socia de Forensic y Asesoría en Cumplimiento Anticorrupción de KPMG en México

Es cada vez más frecuente que las compañías recurran a terceros para apoyo logístico o de distribución e, incluso, que busquen proveedores estratégicos y aliados del negocio.

Los riesgos asociados con terceros son diversos. Conozca en esta publicación los más frecuentes:

• Riesgo regulatorio y de cumplimiento: aquel relacionado con requerimientos de ley y supervisión del regulador
• Riesgo estratégico: relativo a la tercerización, propiedad intelectual, fusiones y adquisiciones
• Riesgo de subcontratación: aplicable a todas las áreas de riesgo que recurran a dicho modelo
• Riesgo de concentración: cuando un tercero mantiene una porción importante de la carga de trabajo crítica de la empresa
• Riesgo cibernético: seguridad de la información y privacidad de datos compartidos con terceros
• Riesgo país: asociado a la estabilidad geopolítica del origen del tercero
• Viabilidad financiera: indicadores financieros del tercero
• Riesgo operacional y de suministro: continuidad del negocio; fuerza y velocidad del tercero para recuperarse de afectaciones
• Riesgo reputacional: daño a la marca debido al deterioro de la opinión pública por la materialización de algún evento negativo
• Riesgo legal: términos y condiciones contractuales o demandas por incumplimiento

Ante estos riesgos, las empresas suelen enfrentar escándalos públicos y casos de corrupción de manera reactiva, es decir, sin prevenir la problemática y sus consecuencias.