Ante un mercado altamente dinámico, las empresas familiares requieren desarrollar solidez para permanecer vigentes a lo largo del tiempo. Para ello, es recomendable contar con un Consejo de Administración, un plan de sucesión definido y adecuadamente comunicado, un gobierno corporativo robusto y, sobre todo, un proceso de gestión de riesgos. De este modo, se tendrá visibilidad de los riesgos que pueden afectar la estrategia, lo anterior permitirá asignarlos a los directivos responsables para una adecuada gestión transversal, lo cual, sin duda, ayudará en la consecución de los objetivos del negocio, evitando contratiempos.
Consulte la publicación Empresas familiares en México. Tiempo de sucesión en un escenario disruptivo
Mientras lo anterior representa un reto para organizaciones de todos los tamaños, las empresas familiares son las que, generalmente, más resistencia muestran para institucionalizarse.
De acuerdo con el estudio Empresas familiares en México. Tiempo de sucesión en un escenario disruptivo, publicado por KPMG en México, solo 45% de las empresas familiares consideran que sus procesos están formalizados y estandarizados, pues conforme la empresa crece orgánica o inorgánicamente, los marcos de operación iniciales pierden vigencia con respecto a los requerimientos que van surgiendo. Además, cinco de cada diez empresas muestran resistencia a nivel familiar para estructurar o gestionar un marco de gobierno corporativo y solo 37% de estas cuentan con un plan de sucesión.
Como parte de un proceso de institucionalización integral, constituir un programa de gestión de riesgo empresarial genera contenido de valor con respecto a aquellas amenazas que inciden en los planes estratégicos y el crecimiento de la empresa familiar.
Por ejemplo, definir presupuestos y proyecciones debidamente preparados y soportados es una herramienta de valor para gestionar riesgos y tomar decisiones por parte de la Alta Dirección. No obstante, tres de cada diez empresas (28%) no los tienen, o los tienen parcialmente (31%).
El nivel de gestión de riesgo que actualmente deben tener implementado las organizaciones nunca antes había sido tan importante. En un mercado dinámico e innovador, de competidores ágiles y regulaciones complejas, su gestión capacita la acción o reacción de las empresas familiares, evitando riesgos, tanto para el negocio como para los propietarios.
Actuar de forma oportuna incorporando conceptos como innovación en productos y servicios, así como automatización de operaciones mediante la transformación digital, marca la pauta para atender las principales preocupaciones de las empresas familiares, entre las que destacan:
Una gestión inadecuada de riesgos limita la capacidad de acción y reacción, pudiendo ocasionar consecuencias desfavorables en dos ámbitos: el negocio y la familia. Sin embargo, un alto porcentaje de empresas familiares subestiman la gestión de riesgos, adoptando un enfoque reactivo cuando ya los problemas provocados por factores internos o externos, actuales o emergentes, han afectado la estrategia y los objetivos del negocio.
En cambio, implementar anticipadamente un programa de gestión de riesgos en las empresas familiares proporciona una serie de ventajas, entre las que destacan:
Conviene que las empresas familiares tengan presente que un programa de gestión de riesgos ahonda en los problemas ligados a la estrategia de la organización. Además, constituye una herramienta clave para la ejecución de los procesos, al proveer capacidad de anticipación frente a impactos potenciales, además de generar distintas ventajas competitivas.