Es común identificar la gestión de riesgos como un freno para el crecimiento de una organización; sin embargo, un enfoque de Gestión de Riesgo Empresarial significa en realidad la toma de decisiones con base en información confiable, para definir el destino de los recursos con base en las ventajas y desventajas que ofrecen los distintos escenarios posibles.
Esta labor debe estar integrada a las políticas y procedimientos de la organización alineándola con los objetivos estratégicos de forma sostenible, reflejando un solo lenguaje y cultura para el tema de riesgos con el propósito de que sea comprendido cabalmente por toda la empresa por medio de una comunicación clara y sencilla.
Una compañía que tiene claridad sobre los temas que podrían potencialmente afectar su estrategia u objetivos a corto, mediano y largo plazo, cuenta con el poder de decidir cuáles son los riesgos que podría mitigar, los que debería asumir, así como los que podría transferir a un tercero, en función de su apetito de riesgo.
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