Por: Juan Carlos Reséndiz, Socio Líder de Asesoría en Gobierno Corporativo, Riesgo y Sostenibilidad y Alberto Dosal, Socio en Asesoría en Gobierno Corporativo, Riesgo y Cumplimiento de KPMG México
Anteriormente, la función de Auditoría Interna tenía como propósito principal gestionar los riesgos relacionados con el reporte financiero y aquellos asociados al fraude; sin embargo, hoy se ha convertido en un socio imprescindible para las organizaciones, mostrando una participación más proactiva e integral que atiende todo tipo de riesgos, incluyendo los emergentes.
Lo anterior es de gran valor para las empresas, dado el cambiante panorama global, caracterizado por una incertidumbre constante, rápidos avances tecnológicos y múltiples y simultáneas amenazas.
Para que la función de Auditoría Interna desempeñe un papel clave debe tener la capacidad de detectar los riesgos propios del negocio y aquellos de tipo emergente, así como afrontar los retos más relevantes a mediano y largo plazo, entre los que destacan:
La evolución del área actualmente le permite identificar estos y otros desafíos, además de comunicar adecuadamente al Comité de Auditoría y la Alta Dirección las ventajas que tiene atenderlos, logrando así abonar a la sostenibilidad de la compañía.
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