En una era de disrupción como la que vivimos actualmente, la velocidad y capacidad de adaptación son cruciales para el crecimiento sostenible de las organizaciones, en particular para la función de Impuestos.
Visite el Centro de Estrategia Empresarial
Factores como las modificaciones tributarias en Estados Unidos; las iniciativas de Reforma Fiscal en México; la amenaza latente de guerras comerciales, junto con la complejidad que implica el cumplimiento regulatorio a nivel global, exigen que el Director de Impuestos (chief tax officer, CTO), cuente con una mayor capacidad de adaptación, resiliencia, especialización, involucramiento en la estrategia del negocio y velocidad de respuesta ante los cambios.
Descargue la publicación Gestión de impuestos. Aliado en decisiones estratégicas
Una nueva ley o declaraciones inesperadas de líderes de relevancia global, ya sea sobre comercio exterior o políticas tributarias, pueden modificar el panorama fiscal. Ante ello, adoptar un enfoque reactivo podría parecer una opción, pero resulta de mayor valor para la empresa desarrollar modelos dinámicos que contemplen distintos escenarios y se vayan adaptando a las circunstancias, desafíos y oportunidades.
Los modelos de planeación requieren un amplio conocimiento fiscal nacional e internacional. Este incluye el dominio de regulaciones nuevas que pueden no coincidir con los requerimientos planteados al inicio de la estrategia, así como prever el posible resultado de los debates sobre tributación en la economía digital.
Realizar una planeación efectiva, involucrando al área de Impuestos, genera ventajas competitivas en cuanto al cumplimiento y la eficiencia de todo el negocio. El CTO debe ser capaz de alinear sus responsabilidades con la estrategia de la empresa para generar valor; aumentar la transparencia; mejorar la eficiencia de las operaciones de su área, así como para brindar información y modelos oportunos en la toma de decisiones.
La función estratégica del CTO
El CTO ya tiene una función estratégica ante la necesidad de adaptarse con rapidez, planear y modelar diversos escenarios. Por ello, la Alta Dirección ha incrementado progresivamente la integración de su punto de vista a la planeación y decisiones relevantes, a fin de que se considere el aspecto fiscal antes de realizar una operación.
La visión del CTO es crucial al definir:
- Cuánto, cuándo y dónde invertir
- Cómo estructurar las operaciones, analizando la cadena de suministro
- De qué forma ubicar geográficamente las inversiones en infraestructura
- En qué latitudes llevar a cabo la operación
- Cómo gestionar el talento nacional e internacional
- Cómo preparar al negocio para posibles cambios legislativos
- Qué tamaño debe tener la función y cuándo recurrir a apoyo externo
- Cuál debe ser el perfil del asesor especializado o del apoyo para la tercerización
El CTO es cada vez más relevante en las decisiones del Consejo y la Alta Dirección, gracias a que ha ido creando conciencia de cómo su función genera valor para la empresa en su búsqueda de crecimiento.
Las organizaciones que mejor gestionan sus obligaciones han dejado de ver a la función como un apoyo solo dedicado al cumplimiento y mitigación de riesgos. En contraste, han comenzado a dimensionarla como parte de la proyección del negocio.
Las circunstancias actuales exigen del CTO un mayor grado de especialización, visión global, resiliencia y capacidad de respuesta ante cambios imprevisibles y abruptos. Esto, al mismo tiempo que planea a futuro, mitiga riesgos y asegura el cumplimiento tributario.
Su participación en la planeación estratégica es crucial para la competitividad del negocio. Con una nueva percepción de su papel y cambios concretos en la empresa, el área de Impuestos es capaz de crear sinergias positivas que conviertan su función en un diferenciador para la rentabilidad.
