Hemos sido testigos de cambios geopolíticos, económicos y, sobre todo, tecnológicos que están sucediendo en todas las industrias a escala mundial. Los líderes están conscientes de que ya no es aplicable el business as usual y comparten una ideología orientada a ser el disruptor de su sector.
Tan solo un lustro atrás las empresas podían realizar planes a largo plazo; sin embargo hoy el entorno cambia a cada minuto y prácticamente la estrategia del negocio debe ajustarse cada año o menos. Con miras a futuro, las empresas que quieran seguir presentes en el mercado en los próximos veinte años deben que estar conscientes de que dirigir un negocio es desafiar paradigmas y conducir cambios radicales.
De acuerdo con la tercera edición de la encuesta Perspectivas Globales del CEO 2017. Disrupción y crecimiento, realizada por KPMG International, que incluye respuestas de más de 1,200 directores generales de empresas globales, incluido México. Más de la mitad (65%) de los directores generales (CEOs, por sus siglas en inglés) a nivel global (71% en América Latina y 74% en México) visualizan las fuerzas disruptivas de la tecnología como una oportunidad para el negocio, y no como una amenaza.
Para los directores generales en América Latina y México las principales son:
Las prioridades que los directivos posicionan en su Top 5 son la clara evidencia de que la disrupción tecnológica y la innovación serán temas que marquen la estrategia y el rumbo de los negocios en nuestro país en las décadas venideras.
Ante los nuevos retos e incertidumbre, la disrupción se ha convertido en parte del día a día de los CEOs y sus negocios, pero lo más importante es que la mayoría ve la disrupción como una oportunidad para transformar su modelo de negocio, desarrollar nuevos productos o servicios, y replantear su negocio para que sea aún más exitoso que nunca.
Disrumpir y transformar es una estrategia óptima en épocas de cambio y volatilidad de los mercados. Impulsar la innovación y transformación en los productos, procesos y modelos de negocio es una habilidad que están desarrollando los directores generales para permanecer en el futuro.
Responder con la velocidad necesaria a los cambios geopolíticos a nuestro alrededor requiere que tanto gobiernos, como empresarios consideren en su estrategia:
La velocidad es crucial en la transformación digital y es un asunto que definirá el rumbo de los negocios en los próximos veinte años. Sin duda, es un tema que llegó para quedarse. Los CEOs deben hacer posible que sus organizaciones lleven sus ideas de la fase de diseño al mercado. Los directivos deberán tomar un papel de liderazgo en la transformación de sus empresas en negocios digitales.
Considerando los resultados de la encuesta citada, la disrupción representa un área de innovación para los líderes de negocio en el país. La innovación es la clave del crecimiento de las empresas. También son factores fundamentales los aportes de las tecnologías cognitivas, y la fácil y rápida forma en que las tendencias alcanzan a los consumidores en todo el mundo.
También los riesgos tienen un papel crecientemente disruptivo que las empresas deben gestionar de manera integral, para proteger su reputación y sus marcas de incidentes que, aun siendo menores, pueden escalar de modo dramático.
Los directores generales alrededor del mundo entienden que la velocidad de respuesta ante sus clientes es una prioridad estratégica para el crecimiento junto con la innovación, sobre todo en condiciones de incertidumbre como las actuales.
México tiene una gran oportunidad de aprovechar la accesibilidad de nuevas tecnologías y aplicaciones para ganar espacios, tanto en el mercado local, como a través de inversiones en otros países donde ya se han abierto operaciones. Confianza, talento, innovación, capacitación permanente y una visión de largo plazo pueden dar nueva vida a empresas establecidas, y asegurarles sostenibilidad y protección ante las amenazas del cambio.
Es crucial para los directivos estar al corriente de estas transformaciones de manera permanente, para brindar respuesta oportuna a los clientes y a los mercados locales, regionales y globales. El momento ideal para disrumpir y crecer es ahora o nunca.