No solo es el cambio y la disrupción, sino la velocidad con la que los CEOs y directivos entendemos los retos y tomamos decisiones. Cada vez es más rápido.
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Aunque tenemos conciencia de la rapidez y la amplitud de la transformación que vivimos actualmente, todos los días aparece una nueva herramienta tecnológica o alguna aplicación que nos sorprende y nos hace replantear nuestra actividad cotidiana. Las novedades son tan relevantes y disruptivas, porque llegan a cuestionar la viabilidad de un modelo de negocio o de marcar el nacimiento de una nueva industria.
Desde mi perspectiva como Socio Director General de KPMG en México y Centroamérica, este contexto me hace reflexionar sobre los retos que enfrentamos los Directores Generales (CEOs en sus siglas en inglés): hay quienes toman ventaja de la disponibilidad de la información, de la tecnología más avanzada, del trabajo en equipo e, incluso, de sus intuiciones, y me llama la atención la proporción que parece ir a destiempo con respecto al cambio, asumiendo un alto riesgo para sus empresas.
En voz de los CEOs en México
Descargue el documento Ágil o irrelevante. 2019 Global CEO Outlook – Edición
Otro resultado muestra que más de la mitad de los CEOs en nuestro país no se encuentran en sintonía con el cambio; probablemente consideran viable seguir con su modelo de negocio tal como ha funcionado hasta ahora, y correr los riesgos que ello implique. Esto resulta sumamente llamativo, porque puede tratarse de organizaciones globales, que no se han convencido de mantener el ritmo del cambio, sin ver que esto puede ser incluso una ventaja competitiva.
En la actualidad, un CEO exitoso necesita ser un CEO ágil, que para enfrentar los escenarios inciertos emplee diferentes habilidades y cualidades. Ya no se trata de mantener una posición en el mercado o confiar en algunos diferenciadores, porque el estado de las cosas puede cambiar en cuestión de meses, e incluso días.
Los CEOs están obligados a sentirse cómodos con la disrupción en sus modelos de negocio, forjando nuevas alianzas estratégicas, considerando medidas alternativas de fusiones y adquisiciones, e incrementando u optimizando las habilidades de sus colaboradores. Las cifras lo corroboran: ocho de cada diez CEOs en México (84%) consideran que se requiere una cultura de “fracaso rápido”, para que las lecciones sean aprendidas velozmente; sin embargo, ¿cuántos de nosotros nos permitirnos fracasar?
Agilidad y resiliencia
Soy responsable del liderazgo de KPMG en México; de abrir nuevas oportunidades para proporcionar soluciones al mercado, y de preparar a nuestro talento para que sea agente de cambio. Para lograrlo, en los últimos años he tenido que incorporar nuevas perspectivas con respecto a la comprensión y adopción del concepto de resiliencia, es decir, la capacidad de evolucionar constantemente y adaptarse al cambio.
Por otra parte, la nueva realidad de los negocios nos obliga a reaccionar con agilidad para atender las necesidades de nuestros clientes y centrar el esfuerzo donde tenga el impacto más significativo para la organización.
Se traduce en dos palabras que debemos tener sumamente presentes: agilidad y resiliencia. Sin duda, hay quienes así lo hacen: ocho de cada diez CEOs en México (76%) buscan cambiar la composición de sus equipos de liderazgo para ser más resilientes.
Mi conclusión es que los líderes de las organizaciones tenemos el gran desafío de entender y asimilar los aspectos coyunturales del mundo actual y de los fenómenos globales que afectan a nuestros actuales y futuros clientes, comprendiendo que la resiliencia y la agilidad son dos cualidades imprescindibles del CEO para que las empresas crezcan manteniendo su identidad, rentabilidad y relevancia.
Opine: ¿cuáles son los mayores desafíos que deben enfrentar los CEOs en la actualidad?
