Las empresas en el mundo están sujetas a acontecimientos internos y externos que pueden prevenirse para tomar mejores decisiones sobre la continuidad del negocio. Además, les presenta oportunidades para disminuir las afectaciones y, en el mejor de los casos, incrementar sus ingresos o afrontar adecuadamente una crisis.
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Existen casos en los que las circunstancias externas obligan a atender prioridades para, en casos extremos, asegurar la permanencia del negocio. Las empresas familiares no están exentas de esto, por lo que su institucionalización, además de contar con un análisis de riesgos, sin duda ayuda a que los efectos negativos puedan atenuarse.
Las situaciones emergentes evidencian los cambios que debieron llevarse a cabo anteriormente y que hoy las empresas familiares deben tener en cuenta para buscar un balance óptimo entre la familia misma, sus bienes y el funcionamiento de la compañía. Por ello, los aspectos generales que deben atenderse son los relativos a procesos y tecnología, aspectos del modelo de negocio con apertura a nuevas ideas, productos, mercados, entre otros.
La institucionalización de este tipo de organizaciones es relevante para mantener los aspectos básicos y prioritarios como el pago de sueldos, ya que esto ayuda con las fuentes de financiamiento para atender estos temas en caso de ser requeridos.
Por otra parte, en materia fiscal hay diversas disposiciones que en ocasiones pasan desapercibidas, pero hoy son necesarias para optimizar el recurso monetario, como pudieran ser las siguientes:
Es esencial revisar los aspectos anteriores ante el impacto de la pandemia en este tipo de empresas en México. Por supuesto deben considerarse los temas técnicos además de los factores internos y externos que son los que pueden afectar en mayor medida.
No debe perderse de vista que, a partir del año 2020, se incorporó en el Código Fiscal de la Federación que los actos jurídicos que se realicen cuenten con razón de negocios y que en todo caso deben tomarse en cuenta en las operaciones que lleven a cabo en las organizaciones.
También debe considerarse la obligación incorporada en el año 2020 en dicho Código, de reportar a las autoridades fiscales esquemas que reúnan ciertas características ya que el no hacerlo puede generar infracciones y sanciones.
Es importante destacar que las empresas familiares tienen la oportunidad de tomar decisiones en estos tiempos de disrupción y que pueden sentar las bases de la institucionalización y mejores prácticas fiscales en sus negocios.