Desde hace dos años, las organizaciones se han visto obligadas a operar en una realidad marcada por el surgimiento de COVID-19, lo que ha ocasionado el cambio de paradigmas.
Ante ello, la estrategia empresarial en términos de espacio y gestión del talento se ha transformado, y se espera que su gestión continúe modificándose de tal forma que encuentre la manera de crecer en una realidad no solo nueva, sino, además, cambiante.
Descargue el estudio Una triple amenaza en las Américas. 2022 KPMG Fraud Outlook
Si bien las empresas pudieron adaptarse a sucesos abruptos generados por el coronavirus, deben mantenerse abiertas a la transformación permanente de los modelos operativos y de negocio, pues la manera de gestionar las compañías se basa, cada vez más, en herramientas digitales. Probablemente se siga generalizando la utilización de esquemas a distancia o híbridos, altamente disruptivos e innovadores.
En este sentido, la encuesta anual Perspectivas de la Alta Dirección en México 2022. Resiliencia ante la incertidumbre, elaborada por KPMG en México, muestra que, aunque es minoritario el segmento de empresas cuya totalidad de trabajadores operará a distancia este año (4%), tres de cada diez (28%) consideran que seguirán realizando sus actividades con alguna modalidad de teletrabajo.
Sin embargo, a pesar de las variantes del virus que han surgido, las cuales han comprometido el regreso a la normalidad a lo largo de los últimos meses, es claro que la presencia física es fundamental para ciertos sectores; tal es el caso de 49% de la muestra, que señala que en 2022 la mayoría de los colaboradores estarán en las instalaciones de la empresa. Esto indica que los altos directivos continúan reconociendo la importancia de la colaboración física entre el talento.
De cualquier forma, es claro que durante 2021 los esquemas de teletrabajo fueron la norma para garantizar el bienestar y salud de la fuerza laboral, y en 2022, a pesar de la vacunación, se observa que las modalidades que incluyen, en alguna medida, el trabajo a distancia seguirán siendo una constante; muestra de ello es que seis de cada diez organizaciones han implementado modelos híbridos (57%).
En paralelo, dos de cada diez (21%) seguirán utilizando el modelo desarrollado a partir de las condiciones que impuso COVID-19. Sumando ambos modelos, se observa un porcentaje mayoritario de 78%, el cual identifica una nueva realidad de colaboración basada en el trabajo a distancia, ya sea parcial o total.
¿Adaptar o adoptar nuevos espacios de trabajo?
El concepto de “nueva realidad” es comúnmente utilizado; sin embargo, iniciamos 2022 en un escenario más disruptivo que novedoso. En cuanto a la estrategia inmobiliaria, parecería que la mayor parte de las empresas ya ejecutaron los cambios necesarios para operar en esta realidad, pues 46% señala que permanecerá sin modificaciones este año.
En contraste, para 31% los cambios en materia de espacio rentado siguen siendo una tendencia aplicable. Uno de los principales desafíos ha sido la rigidez de los contratos, basados en compromisos a mediano o largo plazo; por ello, llama la atención que buscar esquemas más flexibles sea una estrategia atractiva solo para 8% de la muestra.
Por otro lado, el tema inmobiliario también exige encontrar un balance entre arrendadores y arrendatarios para que aquellas empresas que busquen modalidades más flexibles o esquemas de coworking, que acerquen las oficinas al domicilio de su fuerza laboral y encuentren las opciones que más se adecuen a sus necesidades específicas.
Es un hecho que los siguientes meses se convertirán en un periodo de adaptación para empresas y personas, buscando el balance adecuado entre seguir trabajando a distancia o presencialmente.
Opine: ¿Qué otras acciones favorecerán a las empresas?
